Broad Peak 2008


Expedición Broad Peak

Comencé la preparación de esta aventura con muchísima ilusión después de la exitosa experiencia con el Cho Oyu en el otoño pasado. En esta ocasión, compartiría expedición con dos excelentes compañeros ya conocidos y con los que pude convivir y compartir la ascensión a la cumbre del Cho Oyu como son Alfredo García y Santiago Martín. En esta expedición estarían involucrados Alberto Zerain y Aitor Lashayas a los que se unirían después Rafael Merchán, Diego Hernández y Lina Quesada. Todos formaríamos un grupo con un objetivo principal que era la ascensión al Broad Peak con 8047 metros, aquí se tiene que hacer mención que uno de los componentes del grupo mi buen amigo Alberto Zerain iba con el proyecto de ascender al K-2 después del Broad Peak.
A finales de junio partimos hacia Pakistan y después de sufrir los percances típicos de este tipo de aventuras por esas tierras de Dios, iniciamos el treking de aproximación a la montaña que tendría una duración de 6 días. Treking recomendable para aquellos interesados en vivir unas vacaciones disfrutando de la naturaleza y la montaña en un país excepcional. Cuando llegamos al campo base del Broad Peak ya comenzaba a padecer con el problema de mi dedo pulgar izquierdo, que dicho sea de paso, yo siempre pensé que era causa de algún tipo de hongos por lo que no le había dado mucha importancia, pero en la medida que pasaban los días, el contacto con el agua helada, la suciedad con motivo de la instalación del campamento y el frío generalizado, el problema se agravaba por lo que ya había comenzado a preocuparme por lo que pudiera suceder, tanto por poder acometer una ascensión en altura como por la desprotección que había con lo que es actualmente la base de mis manos, los dos dedos pulgares.

La subida no era nada recomendable, por la situación del hielo, había poca nieve y mucho hielo, lo que provocaba que se tenía que usar mucho las manos para ascender, una con el piolet y la otra sujetando en el suelo (hielo) para guardar el equilibrio. La consecuencia era que los guantes estaban completamente calados y ello podría poner en un serio peligro mi delicado dedo, pues lo tenía completamente desprotegido al estar toda la "yema" en "carne viva". Llegué prácticamente hasta el campo I y estuve detenido varios minutos intentando tomar una decisión al respecto y valorando lo que realmente me podría suponer seguir adelante. Veía claramente que podría exponer mis manos a una nueva congelación y a perder uno de los tres dedos que aún me quedan y que son el motor de mis manos. Por lo que no dudé y decidí no llegar a las tiendas para no tener tentaciones y con la misma me di la vuelta e inicié el descenso. Ese mismo día a media tarde estaba en las tiendas del campo base y con la decisión casi tomada. No voy a exponerme y renuncio a la ascensión. Me quedaré acompañando al grupo y ayudándoles en lo que pueda, aunque sea de cocinero.

A los dos días Rafael tuvo un percance. Se cayó cruzando el río antes de iniciar el ascenso al campo I y se hizo dos brechas en la cabeza, además del fuerte golpe que sufrió, lo que hizo que el grupo que se encontraba con él, le llevara a las tiendas de un médico de otra expedición para que le atendiera. Rafael con ese percance y con los dolores que sufría, decidió abandonar la expedición y volver a España para su recuperación, por lo que me comentó la idea y yo decidí volverme con él para acompañarle ya que yo nada o poco tenía que hacer allá. Por lo que Rafael solicitó el helicóptero de evacuación y nos trasladó a los dos a Skardú.

Una vez en España y después de haber pasado varios meses, sigo con el problema, no solo en el dedo pulgar izquierdo, sino que se me ha contagiado el dedo pulgar derecho y eso con un tratamiento que estoy siguiendo con una Doctora especialista.

Espero que en una de estas se localice el problema real (parece claro que no son unos simples hongos) (y si lo son, por lo menos tienen el tamaño de unos " Boletus Edulis ") pues tengo proyectos para este año 2009 y no quisiera volver con esta "peste".

Desde luego que la decisión de volver a casa, a nadie más que a mí me ha dolido tanto, pues eran muchas  las ilusiones que había puesto en este proyecto, entre otras cosas, para dejar patente ante la opinión pública la complicidad de el Grupo de Montaña ORZA con el deporte de la montaña, el apoyo económico de ALUMEKA, ASHLAND y OBRA SOCIAL DE CAJA CANTABRIA y la aportación de la comida de altura de EROSKI (Castro Urdiales).   Un saludo cordial y muchas gracias por el apoyo moral  que me consta ha sido mucho.

 

Juan Carlos González