Y
lo
que
ocurrió fue
que
después
de
descansar
dos
días
en
ese
campo,
decidimos
avanzar
hacia
el
campo
base
avanzado
en
medio
de
una
tormenta
de
nieve
que
hizo
que
nos
perdiésemos
(estuvimos
cerca
del
campo
base
avanzado)
y
que
ante
la
posibilidad
de
tener
que
vivaquear,
tomamos
la
decisión
de
volver
hacia
atrás
para
pernoctar
en
el
base
chino.
En
esta
circunstancia
y
mientras
volvíamos,
se
despistó Jon
y
no
bajó esa
noche
a
dormir
a
las
tiendas
del
base.
Como
os
podéis
imaginar,
la
preocupación
fue
tremenda,
casi
no
pegamos
ojo
durante
toda
la
noche
pensando
lo
que
estaría
pasando
Jon
y
cuales
podrían
ser
las
consecuencias
de
hacer
un
vivac
en
aquella
adversas
condiciones.
A la mañana siguiente intentamos contactar con expediciones que podrían
estar en el intermedio y nos llegó la noticia que Jon estaba y había
pasado la noche con una expedición Japonesa. La verdad que ha sido un
de las veces que más he podido sentir una tremenda alegría saber
que uno de mis compañeros estaba sano y salvo. ¡¡en fin!!
como le llamaban los japoneses a Jon ¡¡el tormentas!! nunca mejor
dicho...
Cuando
subimos
definitivamente
al
campo
base
avanzado,
allí estaba
Jon
esperándonos
y
el
abrazo
que
nos
dimos
a él
fue
con
mucho
sentimiento.
Entonces
nos
comentó lo
que
le
sucedió: ¡¡ cuando
nos
dimos
la
vuelta, él
se
paró para "mear" y
sin
darse
cuenta
inició el
camino
al
revés
y
en
lugar
de
bajar
volvió hacia
arriba,
hasta
que
se
le
hizo
de
noche.
Se
preparó para
vivaquear
e
incluso
llegó a
llamar
por
teléfono
a
casa
para
decir
lo
que
le
estaba
ocurriendo ¡¡qué tío!!
y
en
una
de
esas
vio
luz
debajo
de él.
Lógicamente
no
se
lo
pensó dos
veces
y
se
fue
hacia
la
luz.
Era
una
expedición
Japonesa
que
según
Jon
le
trataron
inmejorablemente!!.
A
partir
de
ahora
comenzaría
el
periodo
de
aclimatación
con
las
ascensiones
correspondientes
a
los
campos
de
altura.
Como
siempre
subir
y
bajar
las
veces
necesarias
a
estos
campos
para
equiparlos
de
material
de
escalada
y
comida,
lo
suficiente
para
poder
soportar
los
días
que
nos
permita
estar
pernoctando
en
ellos.
En
la
segunda
ocasión
en
la
que
subimos
al
campo
I,
decidimos
subir
al
campo
II,
recuerdo
que
no
era
un
día
muy "decente" con
bastante
viento
y
frío,
mucho
frío,
que
mis
manos
no
se
terminaban
de
calentar,
por
lo
que
tomé la
decisión
de
bajar
al
campo
base
con
Manu.
Jon,
Willy
y
Koldo
subieron
al
campo
II
e
intentaron
al
día
siguiente
subir
al
campo
III,
pero
las
condiciones
de
la
montaña
no
se
lo
permitió,
volviéndose
al
base
dos
días
más
tarde.
Esos
días
en
el
base,
creo
que
me
vinieron
bien
para
asentar
una
buena
aclimatación
y
después
de
esperar
a
que
mis
compañeros
descansasen
en
el
base,
volvimos
al
campo
II
con
la
intención
de
ir
a
cumbre.
El
tiempo
no
parece
que
nos
acompañaba,
pero
teníamos
unas
previsiones
del
tiempo
aceptables
para
los
días
siguientes,
pero
no
fue
así,
ni
mucho
menos.
Estuvimos
metidos
en
las
tiendas
del
campo
II
(7000
m)
durante
4
noches,
nevando
sin
parar
lo
que
provocó además
de
la
lógica
desesperación,
que
consumiésemos
prácticamente
todas
la
comida
y
agotásemos
el
gas,
a
eso
había
que
añadir
que
las
previsiones
que
nos
pasaban
era
de
que
seguiría
el
mal
tiempo
durante
días.
La
decisión
la
tomamos
con
mucho
dolor,
pero
estaba
claro
que
allí arriba
estábamos
de
sobra.
Decidimos
bajar
y
así lo
hacíamos
no
sin
dificultades
por
la
gran
cantidad
de
nieve
que
se
había
acumulado.
Una
vez
más
el
Shishapangma
no
me
daba
opción
a
pisar
su
cumbre, ¡¡que
se
le
va
hacer!!
espero
que
haya
al
menos
una
tercera
oportunidad
pues
creo
que
es
uno
de
los "catorce" que
puede
estar
a
la
altura
de
mis
posibilidades.
Desde
aquí un
recuerdo
a
las
personas,
compañeros
que
de
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